Serrat en Zacatecas, viernes 29 de abril de 2011 |
Hugo Ávila Gómez
La Labor
"Campana, no llores, que para llanto basta con uno", declamó Joan Manuel Serrat al escuchar la campana de Catedral, en el momento que cantaba poemas de Miguel Hernández, que forman parte de su último disco Hijo de la luz y de la sombra, que conmemoran los 100 de nacimiento del poeta. Ocho mil personas abarratoran la Plaza de Armas de Zacatecas para estremecerse con la música de Serrat, la noche del viernes 29 de abril. Un bello montaje visual acompañó cada una de las canciones presentadas en este concierto. Así estuvo Serrat en Zacatecas, dos horas de concierto, y como Miguel Hernández, recuperado de graves problemas de salud, llegó con tres heridas: la del amor, la de la muerte y la de la vida.
La primera canción arrancó aplausos y gritos inmediatamente, Hoy puede ser un gran día. Luego se presentó:
La música... Este marco es extraordinario, tan bello que no sé si podré estar concentrado en el concierto que tengo que dar, extasiado por lo que tengo frente a mis ojos. Si miro abajo, los veo a ustedes y me conmueven; si veo arriba está la Catedral y me emociono. Soy muy sensible para estas cosas.
Luego siguieron Sinceramente tuyo, La bella y el metro, Esos locos bajitos. Serrat estaba en plena comunión con el público, que aplaudía, gritaba y cantaba sus canciones.
Luego vino el homenaje a Miguel Hernández con temas de su último disco Hijo de la luz y de la sombra. Un manojo de poemas musicales de libertad, de belleza, de dolor, de denuncia del hambre y el abandono, de dignidad frente al oprobio de la dictadura franquista. La palmera levantina, El hambre, Dale que dale, Las desiertas abarcas, Si me matan bueno, Hijo de la luz y de la sombra, Nanas de la cebolla, El niño yuntero, Para la libertad, Llegó con tres heridas, Aún tengo la vida.
Con Dale que dale Serrat relució sus virtudes teatrales. Mientras cantaba, recorría el escenario haciendo con soltura gestos, muecas y movimientos. Dale a la piedra, agua/hasta ponerla mansa. /Dale que dale/dale que dale/dale que dale/. Dale, Dios, a mi alma/hasta perfeccionarla.
"Miguel Hernández recibe una carta de su mujer en la que le dice que tuvieron que vender la última cabra, la que daba leche para el niño". Así empezó la introducción de Nanas de cebolla, que despertó la emoción y el llanto contenido del auditorio. Un momento cumbre fue cuando tocó su turno a Para la libertad. En la pantalla aparecieron recortes de titulares de periódico: "Adiós Franco", "Mañana España será una democracia". La emoción estaba prendida a toda intensidad. El grito libertario había estallado y fue colectivo.
Se notó la profunda comunión con Miguel Hernández cuando entonó Llegó con tres heridas. Recientemente Serrat tuvo problemas fuertes de salud. Ya recuperado, llegó a Zacatecas con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida. Y lo cantó con fuerza, con emoción. Sintiendo lo que escribió Miguel Hernández.
Más adelante vinieron los temas clásicos: Lucía, Disculpe el señor, Mediterráneo, Tu nombre me sabe a hierba, Pueblo blanco, Cantares, Penélope, Palabras de amor (en catalán), Es caprichoso el azar, Señora y cerró con la Fiesta.
A lo largo y ancho de todo el espectáculo, en el fondo del escenario apareció un vistoso y creativo montaje multimedia que acompañaba con video, fotografías, pinturas y otros gráficos cada una de las canciones del espectáculo venido de Cataluña. Eso reforzó el colorido emocional con que se llenó de luz la noche zacatecana.
La gente no lo quería dejar ir. Dos veces tuvo que volver al escenario para complacer al emocionado público, con quien Serrat se emocionó también, se entregó y dejó un testimonio vivo de que la existencia sin belleza y sin pasión, será otra cosa, menos vida. Serrat el poeta, el músico, el actor, el enamorado de la vida y de la libertad.
Viernes 29 de abril de 2011: fecha inolvidable, colmada de buenos sentimientos y buenas noticias. Éxtasis de lo mejor. El día en que el Teúl fue nombrado Pueblo Mágico. El día en que Serrat nos recuerda dónde están las raíces de la vida.
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