La revista Mexicanísimo, en su número 44 que está actualmente en circulación, publicó un artículo firmado por Francisco de Anda Corral, Director de Redacción del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en donde afirma que lo encontrado hasta ahora en el Cerro del Teul constituye uno de los 12 principales hallazagos arqueológicos del siglo XXI.
En un breve texto, Francisco de Anda considera que la antigua ciudad prehispánica construida en el Cerro del Teul tiene un halo de misterio. Con 18 siglos ininterrumpidos de ocupación (200 a.C. - 1531), la capital religiosa de los caxcanes ha sorprendido a los especialistas con las riquezas arqueológicas encontradas hasta ahora. Por ejemplo, el horno para fundir cobre, el más antiguo del que se tiene conocimiento en mesoamérica y que fue usado por lo menos hace 800 años.
También menciona el artículo referido que en el juego de pelota fueron encontradas dos esculturas cilíndricas de cantera, que son las únicas que se han localizado en los antiguos juegos de pelota prehispánicos. Miden alrededor de 1.80 metros y pesan cerca de una tonelada.
Estos descubrimientos, junto con otros, están siendo estudiados por un grupo de arqueólogos del INAH y a fines del 2012 abrirán al público parte de la zona donde han encontrado estos y otros tesoros de la antigüedad indígena.
Lo localizado hasta ahora en el Cerro del Teul tiene la importancia de otros descubrimientos arqueológicos como la diosa Tlaltecuhtli, la diosa de la tierra encontrada en los escombros del Templo Mayor; el joven de Chan Hol, en Yucatán; las ofrendas de El Mirador, en el Nevado de Toluca; la tumba de élite más antigua de Mesoamérica, hallada en Chiapa de Corzo; el sarcófago localizado en la pirámide de Toniná, cerca de Ocosingo, Chiapas; el túnel descubierto bajo la pirámide de Quetzalcóatl, en Teotihuacan; la cripta funerario hallada en el Templo de las Pinturas, de Bonampak,Chiapas.; una tumba localizada en el Templo XX de Palenque, con 1500 años de antigüedad; 10 momias encontradas en la Cueva del Gigante, en la Sierra Tarahumara; 116 entierros hallados en la ciudad maya de Comalcalco; y la evidencia encontrada en 40 restos humanos, que muestran que los indígenas xiximes en ceremonias rituales comían carne de un guerrero enemigo para apoderarse de su alma y con ello tener fortaleza y como anticipio de una buena cosecha.
Nuevamente el Teúl sigue dando sorpresas y su nombre suena ya con la fuerza de su pasado grandioso. Lo que abre interesantes horizontes de futuro.
El número 44 de la revista Mexicanísimo se puede conseguir en tiendas Sanborn's.
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