Teul
de González Ortega, 5 de agosto de 2013
1.
En las décadas de 1840 y
1850, el Teul fue centro cultural de la región sur de Zacatecas. Desde San Juan
Bautista del Teul, el joven Jesús González Ortega se convirtió en animador de
tertulias, círculos literarios, distribuidor de libros, actos cívicos, escritor
en periódicos regionales y miembro de una red de políticos liberales. A través
de la promoción de la cultura logró crear una importante red de relaciones en
el Cañón de Tlaltenango, Colotlán, Villanueva, El Cañón de Juchipila,
Guadalajara y Zacatecas.
2.
Los teulenses se sienten
lejos de Guadalajara, de Zacatecas, de Aguascalientes. Lejanía aquella la del
siglo XIX, en donde los viajes eran a lomo de caballo y atravesando barrancas. Y
sin embargo, Jesús González Ortega se sobrepuso a la distancia para conectarse
con el mundo cultural y político de su tiempo. Una viva lección de voluntad y
de creatividad.
3.
Mercedes Mercado, mujer
teulense que se casó con el General Jesús González Ortega, lo siguió a
Tlaltenango, Zacatecas y San Luis Potosí. Pero, jamás lo acompañó a la ciudad
de México, donde El Tinterillo de la
Reforma llegó a ser Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación.
4.
En los círculos sociales
y políticos de la ciudad de México, El General Jesús González Ortega presentaba
a su esposa con un retrato que siempre lo acompañaba: “Les presento a Merced,
mi esposa”.
5.
No tiene caso
contraponer a Jesús González Ortega con Benito Juárez. Ambos fueron hombres de
su tiempo. Hombres surgidos en pueblos modestos, con una vida oscura en su
juventud. Ambos son cimientos principales de la República Mexicana, cuyos
valores y principios siguen siendo orientación para este país.
6.
Los libros condujeron a
Jesús González Ortega a la política. Su vida pública estuvo orientada por sus
lecturas. Fue un ciudadano, pero sobre todo, fue un lector.
7. Sabemos que en la Toma de Zacatecas, Beatriz González Ortega
se enfrentó a Pancho Villa, quien le exigía entregarle los oficiales federales
que estaban herido en el improvisado hospital en que se convirtió la Escuela
Normal de Zacatecas. La maestra Beatriz se negó y esa rebeldía le costó ser
enviada al paredón de fusilamiento. Cuando se enteró que estaba fusilando a la
sobrina del general Jesús González Ortega, se arrepintió y canceló la
ejecución. Con el tiempo, cuando la maestra Beatriz daba clases en el centro
histórico de la ciudad de México, a su paso por una puerta lateral de Palacio
Nacional, algunos militares se hincaban a su paso y besaban su mano.
Agradecidos por haberles salvado la vida en la ciudad de Zacatecas. Esto lo
contó el licenciado Raúl Elizarrarás González Ortega, bisnieto del general
Jesús González Ortega.
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