Calderón, la inseguridad y la tragedia zacatecana
La redacción *
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MÉXICO, D.F., 28 de enero (apro).- Dice Felipe Calderón que la delincuencia no ha afectado la industria turística; visto en la perspectiva de Puerto Vallarta, Los Cabos, Cancún, y otros puntos turísticos, tal vez sólo haya variado el porcentaje.
Pero mi vivencia es desoladora. Tengo 40 años, un poco más de la mitad viviendo fuera de mi poblado natal, Jalpa, Zacatecas, y con excepción de 5 años que permanecí trabajando de manera ilegal en California, el resto he estado en Jalpa durante su feria que regularmente comienza el 19 de diciembre y termina el 1 de enero.
Esta feria, que por su fecha y su gran afluencia de legales e ilegales originarios de ahí y pueblos circunvecinos siempre dejaba una derrama económica muy importante, al grado de formar largas filas para cargar gasolina donde uno de cada 10 autos era nacional y el resto de visitantes que consumen música, alimentos y artículos originarios, entre otros.
En el 2008 la feria resintió la recesión, luego los inicios de la escalda de la delincuencia, pero ahora la del 2010 ha sido la feria más triste y pobre que he visto en mi vida, con los carruseles prácticamente solos, carritos chocones sin niños y la plaza llena de músicos sentados esperando por clientes que no llegan, cuando hace tres años me despertaba en mis días de visita al compás de la misma música con la que dormía por las constantes contrataciones de las bandas locales y de las que llegan a trabajar.
He hablando con mi madre, a través del facebook en los últimos días y me cuenta que las poblaciones de la región están prácticamente en toque de queda, que los comercios cierran lo más pronto posible y que nadie sale.
¿Y dice Calderón que no afecta? Farmacias, cenadurías, nieves, frutas, abarroteras, micelaneas y todo lo que lleve diversión está sin gente. Nadie quiere salir, al menos en la región sur del estado. Jalisco y Aguascalientes dicen que los delincuentes llegan de Zacatecas. Zacatecas dice que los delincuentes se refugian en Aguascalientes y Jalisco. No lo se, estoy criado en Aguascalientes, vivo en Jalisco, soy de Zacatecas y sigo siendo mexicano.
Es una vergüenza lo que está sucediendo y nadie puede hacer nada. Los retenes de soldados que había en Zacatecas al entrar al estado no existen ya. En diciembre pasado al viajar para Navidad tomé todas las precauciones posibles en una carretera que conozco a ciegas desde mi niñez y sólo vi pasar un comboy de camionetas. En los años que tengo regresando a mi origen NUNCA me he encontrado uno de los llamados Federales de Caminos.
Por favor, su atención, por favor, antes de que Jalpa, Juchipila, Huanusco, Tabasco, y demás municipios de la zona terminen sin delincuencia pero también sin población de por si ya atacada por secuestros que todos saben que existen. Por favor su atención antes de que los medios vayan cuando esos muicipios sean unos fantasmas.
César Octavio Hernández Sandoval
*Este texto fue enviado a la redacción de proceso.com.mx. Con autorización del firmante se publica en este espacio, con la única petición de no difundir sus datos particulares.