Conferencia "¿Cómo eran los antiguos teulenses?", por la codirectora de la Zona Arqueológica Cerro del Teul, Laura Solar
HUGO ÁVILA GÓMEZ
La Labor
Restos de huesos humanos, entierros, canteras, diferentes tipos de arcillas, objetos de piedras preciosas y semipreciosas, restos de construcciones, un juego de pelota, dos pirámides, dos esculturas de casi una tonelada, un horno prehispánico, infinidad de tepalcates, un canal utilizado con fines rituales y una compleja red de drenaje, entre otras cosas, han sido encontrados en el Cerro del Teul y están siendo analizados por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Y hasta el momento ellos van concluyendo que los antiguos habitantes del Teul eran gente inteligente, creativa, muy trabajadora y muy emprendedora, afirmó la arqueóloga Laura Solar, codirectora de la Zona Arqueológica del Cerro del Teul, en la conferencia dictada el viernes 5 de agosto en el Teatro Parroquial “José Isabel Flores”, en donde desarrolló el tema ¿Cómo eran los antiguos teulenses?.
La arqueóloga Laura Solar hizo una detallada explicación acerca de los hallazgos que hasta el momento ha tenido el equipo del INAH, apoyado por un grupo de trabajadores originarios del Teul. En la plática que sostuvo ante un Teatro Parroquial colmado por una audiencia que seguía con atención sus palabras, la especialista hizo una brillante exposición para responder a la pregunta ¿cómo eran los antiguos teulenses?. Se refirió a los huesos, entierros, restos de edificios, obras de ingeniería hidráulica, esculturas, el juego de pelota, joyería de bronce, canteras que han aparecido a través de casi tres años de investigaciones en el Cerro del Teul. A lo largo de la exposición de la arqueóloga quedó en evidencia que las antiguas culturas indígenas que habitaron el Teul antes de la llegada de los españoles fueron magníficos canteros, escultores, comerciantes, arquitectos, ingenieros hidraúlicos, sacerdotes, agricultores y fundidores.
La arqueóloga Solar afirmó que en todos los edificios de la zona arqueológica del Cerro del Teul aflora una antigua tradición de fino trabajo artesanal de cantera, talento que los españoles supieron aprovechar muy bien para construir el pueblo mestizo del Teul. Los artesanos que se dedicaron a construir el pueblo del Teul colonial seguramente eran gente bien reconocida y bien valorada.
En las áreas donde fueron construidos edificios y construcciones sí se alteró la topografía natural del Cerro, de por sí inclinada y dispareja, para generar superficies planas. En algunos casos rasuraron el Cerro y en otros rellenaron con muros de contención, lo que también implicaba un manejo del agua. La arqueóloga Laura Solar enfatizó que “hemos aprendido aquí en el Teul que eso de la arquitectura del paisaje no se inventó hoy. Ellos (los indígenas prehispánicos) no sólo adaptaron su sitio a la silueta del cerro, mostrando que eran excelentes arquitectos, sino que también fueron ingenieros hidráulicos y muy eficaces, porque observando la naturaleza, en lugar de resistir el paso del agua, simplemente le ayudaron” al utilizar en sus construcciones mezclas de arcilla que con la humedad y el paso del tiempo se hacen más fuertes. Eran unas mezclas de arcillas que no se deshacen, sino que se hacen más chiclosas. Esos viejos habitantes del Teul, luego de años y años de ensayo y error, sin utilizar cal o cemento llegaron a crear mezclas bastante resistentes al efecto del sol, la lluvia y el paso del tiempo.
Se han encontrado pequeñas y finas figurillas de adorno hechas con piedras semipreciosas o de cobre. No se sabe todavía si fueron hechas aquí en el Teul o fueron traídas de otra parte. En cualquiera de los dos casos es sorprendente. Si aquí las hicieron, esas joyas muestran que aquí había excelentes artesanos. Si las trajeron de fuera, también es sorprendente porque los antiguos teulenses construyeron una extensa red de intercambio a lo largo del Norte y el Pacífico de México, de donde trajeron materias primas y artículos completamente terminados.
La conclusión de la arqueóloga Laura Solar fue que los antiguos habitantes del Teul eran gente inteligente, creativa, muy trabajadora y muy emprendedora. Así eran en lo cotidiano. Aunque, cuando se ofrecía, también sabían oponer resistencia con bastante valentía y destreza a los ataques injustos del exterior, como ocurrió con la llegada violenta de los españoles.
Esta conferencia fue el evento abrió los festejos del Día del Hijo Ausente, tradición que se celebra anualmente para recibir a los teulenses y sus familias que radican en distintos puntos de la República Mexicana y el extranjero.
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