Luis Delgadillo y los Keliguanes en el Teul
Hugo Ávila Gómez
La Labor, Miércoles 11 de abril de 2012
La noche del jueves 11 de abril el Teul vivió otro espectáculo maravilloso, un carnaval auténtico de canciones, títeres, música, máscaras, danza, baile, relatos de antes y de siempre. Ambiente que provoca alegría y buen ánimo. Una payasita-mimo, simpática, que sacó a un grupo de niños de sus asientos y toda la función los trajo bailando, brincando, cantando, gesticulando, aplaudiendo; haciendo graciosada y media. Personajes en zancos gigantes que bailan al ritmo que les tocan: rock, cumbias, sones veracruzanos, funk, ritmos latinoamericanos y reggae. Un público satisfecho y eufóricamente metido en la fiesta. Las sonrisas desplegadas eran signo de que la gente se sentía a gusto. La noche del jueves 11 de abril el Teatro José Isabel Flores vibró de energía positiva con la presentación de Luis Delgadillo y Los Keliguanes, grupo tapatío que realiza una gira por el estado de Zacatecas, como parte del Festival Cultural de Zacatecas y así dan a conocer su tercer disco Un carnaval de colores, que es también el nombre del concierto realizado en nuestro pueblo.
Luis Delgadillo es de Guadalajara; siempre ha vivido ahí. En la secundaria empezó a tocar la guitarra y cantar en el coro. En la preparatoria continuó con la guitarra de manera individual. Casi al terminar la carrera de psicólogo se integró a un grupo de músicos y poetas de la ciudad. Tocaban en todas partes: en el camión, cafés, universidades, parques y plazas públicas. En 1991 ese grupo de amigos hicieron un viaje por Centro y Sudamérica, cantando música mexicana, del folck-rock y latinoamericana.
Cuando volvió a Guadalajara, trabajó con personas que hacían trabajos de cultura infantil, radio, teatro de títeres, clown y empezó a interpretar y componer canciones para el público infantil.
Fue así como un poco más tarde, en el año de 2003, nació el grupo Luis Delgadillo y Los Keliguanes. Ellos cantan y narran historias de fantasía, pero también de realidad. Sus temas son los juegos y juguetes tradicionales, los derechos de los niños, las historias y personajes de los pueblos, los animales, las cosas sencillas que hacen que México sea México. Luis Delgadillo y Los Keliguanes cantan e interpretan temas del México profundo, lo más original y verdadero que tiene nuestro país: su gente, sus tradiciones, sus niños, la imaginación que embellece la realidad, la realidad que motiva la imaginación, la palabra que sostiene a la vitalidad del pueblo mexicano y sus mejores valores.
Luis Delgadillo y Los Keliguanes han participado en importantes festivales nacionales e internacionales, como el Festival del Desierto, que se realiza en San Luis Potosí; el Festival Amado Nervo, en Nayarit; la Feria de San Marcos de Aguascalientes; el Festival Cervantino en Guanajuato; la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y, por supuesto, son constantes invitados al Festival Cultural de Zacatecas. Y el jueves 11 de abril llegaron al Teul luego de recorrer el norte, centro y sur de Zacatecas: Sombrerete, Chalchihuites, Trancoso, Saín Alto, Zacatecas, Tlaltenango.
En su trayectoria artística han grabado tres discos, todos con apoyo de los fondos para la cultura y las artes: Canto para Bajitos, Así como te lo canto me lo cantaron y Un carnaval de canciones, disco este último que recién estrenan y que ahora promueven.
La gente del Teul gozó de canciones como Carnaval, María Sabina, Rueda, rueda… la bicicleta, La piñata, Tata Siuini, Los enanos, Cometín, Los viajes de Quetzalcóatl, La catrina, Los derechos de los niños, Brinca, Los diablitos, Vacaciones en Muruata, El coyotito y otras.
Luis Delgadillo y Los Keliguanes mezclan los ritmos de las canciones infantiles tradicionales con ritmos con ritmos antiguos y modernos para crear un lindo espectáculo, un carrusel de colores, formas, sonidos, notas, movimientos, relajo y palabras, en donde los niños y quienes acompañamos a los niños disfrutamos del ambiente bullanguero de cantantes, músicos, títeres, payasitos y zanqueros gigantes. El pueblo del Teul se inundó de fantasía, juego, algarabía, de despapaye creativo y de inocencia. Vivimos un carnaval de colores; un carnaval de felicidad.
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