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domingo, 12 de agosto de 2012

Fiesta del Hijo Ausente y 30 Aniversario de la Banda Sinfónica Juvenil Teulense


Del 1 al 7 de agosto: el tiempo se detuvo en el Teul para festejar al Hijo Ausente y celebrar el 30 Aniversario de la Banda Sinfónica Juvenil Teulense 

(Primera de tres partes)

Hugo Ávila Gómez
La Labor
Comité Pueblo Mágico

La fiesta detiene el tiempo. Se interrumpen las preocupaciones, los afanes rutinarios, las enemistades, las prisas. Con la fiesta todo vuelve a la inocencia original de las cosas. Porque en la fiesta se despierta la alegría, la fraternidad, la convivencia sin dobleces, la sencillez, el trato que busca dar al prójimo las mejores atenciones. Pero la fiesta auténtica no es evasión, dar la espalda a la realidad. Al contrario, es estar en presencia de lo más real de la realidad: la generación de las mejores virtudes y los más queridos valores del ser humano. Con la fiesta, los rostros recuperan la algarabía de la sonrisa, la luminosidad de la mirada, los brazos vuelven a su función de abrazar y las manos se vuelven a diestra y siniestra para saludar y ayudar. La fiesta es el terreno limpio del júbilo, la moderación del egoísmo, la efusión de las ganas de encontrarnos con el prójimo y de convocar a lo mejor de las personas. La fiesta es lugar y tiempo de lo sagrado; de atención por lo sencillo maravilloso que nos redime de las inconsistencias y sufrimientos que aquejan a la naturaleza humana.
El Teul acaba de celebrar una fiesta más: la del Hijo Ausente y el 30 Aniversario de la Banda Sinfónica Juvenil Teulense. Del 1º al 7 de agosto se hizo un paréntesis en la monotonía cotidiana para abrir los brazos, la mirada y la experiencia a la celebración, a la memoria y a la esperanza del porvenir. Importante es el motivo de recibir a los teulenses y sus familias que hacen su vida en otras tierras y en esta época del año vuelven con la ilusión de reencontrar lo que sostiene la vida: familiares, recuerdos, lugares entrañables, amistades, pláticas que dejan salir y entrar lo que alimenta la mente y el espíritu. Lo mismo la Banda Sinfónica del Teul. 30 de tradición cultural era un acontecimiento para celebrarse lo más en grande posible.
El miércoles 1º de agosto se hizo la breve ceremonia de inauguración. Habló el presidente municipal, el maestro Lucilo Torres y se tuvo como invitado especial a Salvador Verduzco Correa, en representación de su madre, Margarita Correa, quien mucho ayudó para hacer posible que la Banda fuera a Guadalajara en octubre de 1985, a las fiestas de octubre y grabar un disco de larga duración. Lo que ahí se dijo fue de agradecimiento, de bienvenida a todos quienes participarían en la fiesta. Se habló de poner atención al destino de la Banda y buscar las maneras de ayudar a no dejarla caer.
Ahí mismo se inauguró la exposición de fotografía “30 años de la Banda Sinfónica del Teul”, coordinada por Elisa Varela Villegas, exalumna de la primera generación de esta institución musical. Un recorrido en imágenes de tres décadas de experiencias y de andares por diversos caminos de la región, del país y una salida al extranjero. Las miradas curiosas recorrían cada una de las fotos. Buscaban rostros, nombres, calles, sucesos, anécdotas. Las imágenes cumplían su cometido de hurgar en los recuerdos y en las emociones. Una muestra bien montada. A cada fotografía se le dio un trato decoroso, con un fondo oscuro y un marco blanco, para resaltar la superficie de la imagen.
A las doce de la mañana se proyectó el documental “El Teul, La Música y su Banda Sinfónica”, realizado por los hermanos Sofía y Jorge Riggen. En media hora que dura este trabajo de cine se narran algunos pormenores de la historia de la música en el Teul, de cómo siempre ha habido gente preocupada por la formación musical de niños y jóvenes. El documental deja ver el gusto arraigado que hay en el Teul por la música y cómo los propios teulenses se han encargado de continuar con constancia las enseñanzas de maestros venidos de fuera. El tema central de este documental es la Banda Sinfónica. Su historia de 30 años es contada mediante entrevistas al director, a exalumnos y alumnos, al cronista municipal, padres y madres de familia, el presidente municipal. El documental también se hizo con fotografías que ilustran esta historia, con tomas a diversos lugares del Teul, ensayos y presentaciones de la Banda. A varios de los presentes los conmovió hasta las lágrimas lo que ahí se ve y se escucha. Los creadores del documental supieron en 30 minutos sintetizar creativamente, no sólo la historia de la música en el Teul y su Banda Sinfónica, sino que, sobre todo, con una mirada atenta recogieron la esencia del espíritu teulense que mucho tiene de búsqueda, de lucha por lo valioso, de contradicciones humanas, de gusto por la belleza, de amor por el terruño.
Por la tarde de ese mismo miércoles 1º de agosto se presentó la famosa Banda Sinfónica del Estado de Zacatecas, dirigida por el maestro Salvador García Ortega. Un concierto magnífico que tuvo como escenario una Plaza de Abajo sacudida por una intensa tormenta, que trajo del cielo torrentes de agua, granizo y truenos impresionantes. La impetuosidad del temporal de aguas fue resguardada por un toldo que cubría buena parte de la plancha de la Plaza y por el vigor de las notas de la Banda del Estado que no dio muestras de debilidad ante la fogosidad de la lluvia que duró prácticamente todo el concierto. El público asistente soportó con paciencia las molestias del viento, de la brisa y el frío que lastimaban el cuerpo. La atención a los músicos hicieron soportable las complicaciones del clima.
Ese mismo día miércoles Yamaha de México iniciaba en la Casa de Cultura una exhibición de instrumentos dirigida a los músicos teulenses y todos aquellos que visitarían nuestro pueblo a lo largo de estos siete días de fiesta.
El jueves 2 de agosto se recibió la visita de ocho bandas sinfónicas de distintos puntos de la República Mexicana. A esto se llama Encuentro Nacional de Bandas Sinfónicas. La mañana de ese día fue dedicada al ensayo del programa del concierto que darían por la tarde. 400 músicos en el auditorio municipal practicando para integrar una sola banda sinfónica monumental. El DIF Municipal se encargó de servir el desayuno y la comida de todas estas personas y, por la noche, entregó un lonche a cada músico que participó en el Encuentro. A las tres de la tarde Yamaha de México hizo una demostración de los instrumentos con que cuentan para bandas sinfónicas. Una explicación profesional de cómo y por qué es necesario contar con instrumentos de excelente calidad.
A las seis y media de la tarde, bajo un incómido chipi chipi dio comienzo el desfile de las nueves bandas que participaron en el Encuentro Nacional realizado en nuestro pueblo. El desfile recorrió las mismas calles del centro histórico que se recorren en los cuatro desfiles cívicos que se realizan al año. Con lluvia y todo la gente salía de sus casas. El pueblo entero fue sacudido por las marchas y canciones que tocaba cada una de las bandas. Los cuatro puntos cardinales del Teul fueron estremecidos por el recorrido de las bandas sinfónicas que saludaban la tarde del jueves 2 de agosto.
Alrededor de las siete y media de la noche hicieron su arribo a la Plaza de Abajo. La gente del Teul y los hijos ausentes las esperaban con un lleno digno de llamar la atención. Las sillas, que no eran pocas, fueron insuficientes. Hubo que traer las más que se pudiera. El ambiente era de expectación y de jolgorio. La promesa de recreación era un hecho. Y dio comienzo el concierto. Primero un concurso de solistas. Cada banda subía el escenario para acompañar a su solista designado a interpretar una melodía elegida libremente. De premio había dos trompetas de la marca Yamaha. Una, donada por esta empresa y la otra, por el diputado teulense Felipe Ramírez Chávez. El primer lugar lo obtuvo Luis Ángel Torres González, de la Banda Sinfónica Juvenil Teulense y el segundo lugar el solista de la Banda de Guadalupe, Zacatecas.
Y después el concierto de todas las bandas. Los 400 músicos niños, adolescentes y jóvenes se dispusieron como una sola banda, por secciones de acuerdo al instrumento que cada quien tocaba. Cada director invitado dirigió una pieza, respectivamente. Tres horas seguidas duró el concierto. Pocos se movieron de su asiento. La mayoría gozó del espectáculo de principio a fin. Vibrante, emotivo, espectacular, esplendoroso. 9 bandas sinfónicas y 400 músicos fueron el disfrute de los ojos, los oídos y los corazones de las personas que abarrotaron la Plaza de Abajo. El Teul fue sacudido de tanta emotividad. Gozoso. Maravilloso ver a los niños y jóvenes entregarse para el público teulense. Los hijos ausentes fueron recibidos así, con altura y hondura espiritual. Con música que ennoblece. "Tema de bajos", "Endless love", "Cerros de Ojocaliente", "Popurrí de Ray Conniff", ""Latinos", "Medley Boleros", "México es un son", "Caballería Ligera" y "La Marcha de Zacatecas". Un lujo de espectáculo. Una manera deleitosa de festejar los 30 años de la Banda Sinfónica Juvenil Teulense. Una linda forma de recibir a los teulenses que vuelven a su tierra para la fiesta del Hijo Ausente. Todo mundo muy contento. Quedó mostrada la grandeza del Teul. Se pudo ver nuevamente que la gente del Teul es maravillosa.
El viernes 3 de agosto, Daniel Zlotnik e Isidro Martínez, artistas de reconocimiento internacional y patrocinados por Yamaha México, impartieron el taller para maderas y metales con una buena asistencia de músicos teulenses y la banda Charcas, San Luis Potosí, que se quedó después del concierto.
A las cinco de la tarde fue presentada la revista conmemorativa de los 30 años de la Banda Sinfónica Juvenil Teulense. Hicieron dicha presentación el presidente municipal del Teul, Marco Aurelio Rivas Flores, el maestro Lucilo Torres Núñez y Hugo Ávila Gómez. La revista contiene un reportaje sobre la historia de la Banda Sinfónica, un artículo sobre el sentido de la música; otro sobre la historia de la música en el Teul y textos breves sobre vivencias de músicos y exalumnos de la Banda Sinfónica Juvenil.
A las siete de la tarde se presentó en el Teatro Parroquial el quinteto de metales Magic Brass, en donde participa Guillermo Berthaúd González, músico teulense surgido de la Banda Sinfónica del Teul. Dos trompetas, un corno francés, un trombón y una tuba, fueron los instrumentos con que se tocó la Marcha Siempre Fieles, Danza Napolitana, Gyspy Rondó, El Fantasma de la Ópera, Adiós Mariquita Lina, el vals Danubio Azul, la Marcha Aída, canciones populares mexicanas y la Marcha de Zacatecas. Un repertorio bien ejecutado. La gente que acudió al teatro resultó complacida con la música bien hecha por los cinco jóvenes que participaron en el Festival del Hijo Ausente y del 30 Aniversario de la Banda Sinfónica del Teul.
A las cinco de la tarde llegó al Teul el equipo de Canal 7, el canal cultural del Gobierno del Estado de Jalisco. El programa de Kiosko en Kiosko se grabaría en el Teul. Y el primer punto elegido fue la taberna de Aurelio Lamas Luna, que ese día hizo una producción de mezcal artesanal, con el mismo método que se acostumbra desde hace cientos de años en esta región.
Por la noche, un río crecido de cientos y cientos de personas recorrió las calles del centro histórico acompañado por la música de la Banda La Skandaloza. La callejoneada típica del hijo ausente fue una fiebre de música, mezcal, alegría y convivencia. Hasta que el cuerpo aguante.

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