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jueves, 27 de diciembre de 2012

Dolores San Juan: quiero morir cantando



Dolores San Juan. Foto: Selso Romero González, vigía del patrimonio cultural del Teul
 Concierto para celebrar la vida y brindar por las cosas buenas



Hugo Ávila Gómez

La Labor

Vigías del Patrimonio Cultural del Teul

Comité Pueblo Mágico

http://www.facebook.com/vigias.teul





La tradición es asunto de enraizar la vida en el pasado que palpita vida, esperanza, alegría, fuerza, coraje, deseo de plenitud. Esto quedó mostrado la noche del miércoles 26 de junio cuando se presentaron en el Teul Dolores San Juan y el mariachi Alto Vuelo. Canto a nuestra tierra; tierra alegre, bravía, amistosa, dadora de tanta bondad. El concierto de Dolores San Juan fue una celebración de la vida. Entrega total de los artistas. Canto comprometido con la profesión de músico y con el público que acudió a verlos. Programa largo y gozoso. 20 canciones, 2 horas de espectáculo y mil emociones que contagiaron a la gente del Teul que asistió a Los Portales del andador peatonal de la calle Trinidad Cervantes.

Dolores San Juan es intérprete, compositora, investigadora del folklor jalisciense, productora y conductora en Radio Universidad de Guadalajara; artista con vocación que se presentó dentro del programa de la VI Feria del Mezcal del Teul de González Ortega.

En su mayoría el público estaba compuesto de adultos. Los jóvenes pasaban de largo. Sus gustos y sus afanes de fiesta estaban en las terrazas, los stand de mezcal, la serenata de la Banda La Skandoloza en el Kiosko y la convivencia con los cuates. Esa es la feria, tiempo y espacio para que convivan la diversidad de gustos e intereses.

Y mientras, Dolores San Juan cantaba su sueño: Quiero morir cantando. Y también expresaba su amor por el Teul: “Desde la primera vez que vine al Teul, me enamoré de este lugar”.

El programa empezó con El herradero y la Feria de las flores. La tercera melodía fue del repertorio familiar de Dolores San Juan, Las espuelas de plata, compuesta por un tío de ella, a propósito del asesinato de su bisabuelo. “A mi mente han venido recuerdos/que a mi abuelo así lo mataron/en la tumba no estaba su cuerpo/nada más dos espuelas hallaron. Las espuelas plateadas son mías/yo las guardo en un cofre de acero/cuando mueran serán de mis hijos/no las vendo por ningún dinero”.

Siguieron en el repertorio Aires del Mayab, Cielo rojo, La noche y tú, Busca otro amor y mujer ladina. Canto fuerte, vibrante, bien entonado, con voz educada. La noche fría del Teul se calentaba con las emociones y la vitalidad que salían del escenario y arropaban los cuerpos y los corazones teulenses que compartían el espíritu de los artistas.

Luego Los Ángeles, otra canción compuesta por otro tío de Dolores San Juan. La experiencia de la nostalgia, el maltrato recibido, el entrecruzamiento de culturas, la revancha mexicana de invadir a los Estados Unidos con su idioma, con su relajo, con sus puestos de comida típica mexicana. Y el deseo de dejar el “me vale”, por un “basta” a la mediocridad y la corrupción que deshilachan a la patria nuestra.

Una de las canciones más emotivas fue Mil abrazos, compuesta por Valente Chávez, tío de Dolores. “No hay dolor que se compare con la ausencia”. Habla del norteño que vuelve a su tierra, después de muchos años de separación. Del gusto de reunirse con los suyos, de la voluntad de olvidar penas y trajines. El tiempo todo de la visita es para el gozo provisional del encuentro y la nostalgia de saber que pronto partirá y el consuelo del recuerdo de esos bellos momentos. “Mientras tanto quiero ver solo alegría/nuestras penas van y vienen día con día/vamos todos a gozar este momento/y brindemos por lo bueno de la vida”.

Y eso fue todo el concierto: un brindis por lo bueno de la vida. Siguieron en el programa La cigarra, Amanecer en Jalisco, Paloma negra, Los Laureles y Los calacos, un tema satírico y jocoso de la muerte con su pareja, que por tiritar de frío la pasaban tronándose los huesitos.

El reloj marcaba las diez de la noche. Dolores San Juan, tapatía, extrañaba el ambiente invernal del Teul. Preguntaba a qué temperatura estábamos. Alguien del público le ofreció un mezcal teulense como respuesta: el clima es para brindar y compartir. Es la ventaja de la noche fresca. Fría por el clima, cálida por la fiesta; así estaba siendo la noche teulense del miércoles 26 de diciembre.

El programa terminó con El relámpago, La tequilera, Entre copa y copa, Cucurrucú paloma y El cascabel.

El público aplaudió con ganas. Pidiendo otra, otra y otra. Los artistas complacieron el deseo teulense. La magia de la comunicación se había dado. Había sintonía emocional y espiritual entre la cantante y el público. Noche plena. Noche de luna llena. Noche clara. Noche de paz.

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