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martes, 25 de diciembre de 2012

Pastorela tradicional del Teul: teatro comunitario vivo y pujante



Foto: José Antonio Huerta Gutiérrez
Peregrinar de la Pastorela de la Anunciación del Arcángel San Gabriel
del Teul de González Ortega


Hugo Ávila Gómez
La Labor
Vigías del Patrimonio Cultural del Teul
Comité Pueblo Mágico


Vamos queridos pastores
a ver al divino verbo
acompañados de cisnes
de cenzontles y jilgueros
acompañados de cisnes
de cenzontles y jilgueros.

Las piedras parecen soles
y los árboles luceros
porque del sol de justicia
reciben su lucimiento

Teul de González Ortega; 25 de diciembre de 2012.- En tiempos anteriores, sin televisión, sin aparatos de radio, ni teléfonos celulares, ni vehículos, las pastorelas eran la fiesta más importante de cada rancho y de cada comunidad rural. En la Barranca del Lobo y en la Rusias (municipio del Teul) por ejemplo, nueve días duraba la velación, antes de la fiesta de la Santa Cruz, para el 3 de mayo. Quien organizaba la festividad, en su casa recibía a los actores de la pastorela y al resto de la comunidad que iba a ver los ensayos. También se rezaba y se cantaba. El mero día 3 de mayo era la fiesta principal. Los actores se vestían con su mejor ropa de actuación y se ataviaban con esmero y buen gusto sencillo. Alrededor del patio se instalaban puestos de cacahuates, habas tostadas, semillas de calabaza, ponteduro, pinole, atole gordo, dulces de leche, dulces de chilacayote y dulces de calabaza. Así como también había puestos de mole y de arroz. La gente acudía hasta apretujarse en aquel patio amplio, regado y aplanado.
El templete era arreglado especialmente para la ocasión con tablones de madera, vigas y horcones. Todo de madera para darle sonoridad al golpeteo rítmico de la danza de aquellos hombres calzados con huaraches nuevos. Madera barata sobraba en aquellas épocas que se creía que los bosques eran infinitos.
El vestuario que hoy vemos, blanco, de manta, limpio y bien planchado; el tamaño de los báculos y los coloridos adornos con que remata la cresta del bastón. Y, sobre todo, el texto, los diálogos, los personajes y el guión. Todo lo que se hace ahora es igual a la pastorela que se representaba en 1840, en El Platanito, municipio de San Martín de Bolaños, Jalisco, antecedente remoto de lo que ahora es la pastorela que se representa año con año en el Teul.
Esta historia comienza casi a finales de la primera mitad del siglo XIX, cuando el señor Pedro Bobadilla, habitante de El Platanito, se hizo de una imagen del Santo Niño de Atocha y también compró el coloquio de la pastorela La Anunciación del Arcángel San Gabriel a unos arrieros que iban rumbo a la playa de Jalisco. Y ahí mismo empezó a organizar las representaciones de dichos diálogos. Para esos años, don Pedro tenía entre sus hijos a uno llamado Jesús, que siendo niño participó en esta pastorela.
Por motivos que no sabemos, Jesús Bobadilla se vino a radicar al Teul y estableció su vivienda en la Barranca del Lobo, por el rumbo de la Mesa Colorada. Con él vino su familia, la imagen del Santo Niño de Atocha y la tradición de representar la pastorela de La Anunciación del Arcángel San Gabriel. Este gusto y esta devoción se fueron transmitiendo de padres a hijos y éstos a los nietos, bisnietos y tataranietos.
Junto con don Jesús Bobadilla (y después de él), la pastorela fue reproducida por sus hijos, parientes, amigos y vecinos del rancho. La señora Domitila Bobadilla, hija de Jesús, enseñó esta tradición a su hija Dolores Doñate Bobadilla, quien a su vez se casó con el señor Atanasio Jacobo Covarrubias, quien con sus hermanos Pablo y Nabor siguieron haciendo las representaciones de este Coloquio, por los años siguientes al fin de la Guerra Cristera, 1931, 1932 y los años posteriores.
En esta pastorela de la década de 1930, que se hacía en el rancho la Barranca del Lobo, participaron, entre otras, las siguientes personas: Pedro Marín y Primitivo Marín, como capitanes. Nabor Jacobo Covarrubias y Manuel Marín, ermitaños primero y segundo, respectivamente. Salvador Uribe era el Arcángel San Miguel y la niña María Guadalupe Doñate Bobadilla, la hacía de Gila. Otros actores eran Atanasio Jacobo Covarrubias y Pablo Jacobo Covarrubias.
Para los años de 1950, don Miguel Serrano tenía una cruz de madera rústica que se había encontrado en el cerro, y así, casi en estado natural y con un poco de labranza, la había convertido en el símbolo de la adoración de los días 3 de mayo. En la casa de don Miguel se organizaba la fiesta. 9 días de velación con ensayos, oraciones y personas que asistían a ver aquellos preparativos de la fiesta. El día 2 de mayo se daba el ensayo final y el 3 de mayo, día de la Santa Cruz, era la representación formal con el vestuario de gala. Ese día hasta dos representaciones de la pastorela se hacían. De modo que la fiesta andaba terminando a las 2 ó 3 de la madrugada, ya que la pastorela dura cerca de horas y media. Y a esa hora la gente volvía a sus casas entre aquellos caminos pedregosos y ásperos. Eso era lo de menos. Lo primordial era participar de aquella fiesta desbordada de colores, cantos, danzas, sabores, diálogos, que era la pastorela en la Barranca del Lobo, las Rusias y la Mesa Colorada.
Los actores de ese tiempo eran todavía Atanasio, Pablo y Nabor Jacobo Covarrubias, Primitivo, Pedro y Manuel Marín; Indalecio Uribe Bobadilla, que la hacía de Luzbel; Miguel González Hernández que representaba a Asmodeo; Maximiliano Jacobo Godoy, que tenía el papel del Indio; Angel Jacobo Pinto la hacía del Arcángel San Miguel y Gila era representada por Isabel Jacobo Pinto.
Para el año 1969 todavía sobrevivía esta pastorela. Aunque poca, pero seguía habiendo gente en la Barranca del Lobo y en las Rusias. Fue idea de don Santiago Llamas y de don Encarnación Rivera invitarlos a presentarse al Teul en ese año. El evento fue en el auditorio municipal que ese día tuvo un lleno, que hasta la fecha muchas personas recuerdan con agrado. Fue tanto el éxito del evento que don Santiago y don Encarnación decidieron organizar su propia pastorela en el pueblo del Teul, en base al libreto, el teatro y la vestimenta de la pastorela que acababa de presentarse.
En esta pastorela que se hizo en el pueblo del Teul, participaban las siguientes personas:  José Llamas, Indalecio Uribe, Julián Domínguez Bobadilla, Jesús Dávila Jiménez, Maximiliamo Jacobo Godoy, José Jacobo Vela, Salvador Rosales, Salvador Jacobo; los hermanos Cruz Manuel, Isaías y Heliodoro Jacobo Doñate; Salvador y Manuel Cárdenas Bobadilla; Jesús Cervantes Espinoza, Jesús Marín Bobadilla, Domingo Romero Serrano, Jesús Mercado Cortés, Gumaro Barajas Gaeta, María Cárdenas Bobadilla, Manuel García, Ángel Espinoza.
Se presentaron en toda la década de 1970 y también en la de 1980. Más o menos, alrededor del año de 1994 se suspendieron las representaciones. Los actores se fueron acabando. Se cansaban unos, otros se dedicaron sólo a sus ocupaciones personales y otros tantos emigraron a otras tierras a buscarle a la vida.
En el año 2010 nuevamente revive el espíritu de la pastorela tradicional. Cruz Manuel Jacobo Doñate y su esposa Margarita Cortés Jacobo, acompañados de Olga Carina Ambriz González, deciden reunir a un grupo de amigos y vecinos para volver a presentar la pastorela de la Anunciación del Arcángel San Gabriel.
Cruz Manuel y Margarita habían participado en la pastorela de la década de 1970. Ahí se conocieron los dos y al poco tiempo se casaron. Ambos conocían el texto y se acordaban de buena parte de las danzas y de los cantos. Doña Margarita, con suma paciencia, fue descifrando los garabatos de la pastorela de la Barranca del Lobo y pasó en limpio todo el coloquio a un cuaderno que aún conserva y es el que les sirve de base para la preparación de los ensayos.
Pero todo lo anterior no fue suficiente. Había pasos de las danzas y ritmos de los cánticos que no recordaban. Tuvieron que acudir a la memoria y la ayuda de la señora María Guadalupe Doñate Bobadilla, aquella persona que cuando era una niña de cinco años empezó a tomar el papel de Gila en Las Rusias, y cuando se casó fue a vivir a Tepechitlán, donde hasta la fecha vive.
Juntando los recuerdos de los tres volvieron a dar vida a los diálogos, a los pasos de las danzas y a los cantos de la pastorela. Este esfuerzo dio frutos por primera vez en diciembre de 2010, cuando se presentaron la víspera de Navidad y a principios del año siguiente. En diciembre de 2011 ya intervinieron como parte del programa de la Feria del Mezcal. Y lo mismo ocurrió en este mes de diciembre de 2012.
Cruz Manuel Jacobo Doñate, debemos decirlo, es hijo de aquel señor Atanasio Jacobo Covarrubias y de doña Dolores Doñate Bobadilla, bisnieta de Pedro Bobadilla, el hombre que sabemos compró a unos arrieros la imagen del Santo Niño de Atocha y el Coloquio de la Pastorela La Anunciación del Arcángel San Gabriel, y dio inicio a la tradición de representar esta pastorela en la región. Por cierto, ese Santo Niño de Atocha, por muchos años se veneró en la capilla que se le construyó en el rancho del Tirador. Esa devoción terminó cuando El Tirador quedó vacío y ahora la imagen se conserva en la casa de alguno de los descendientes de aquellas familias.
El lunes 24 de diciembre de 2012, a partir de las seis y media de la tarde, tuvimos la oportunidad de ver nuevamente este Coloquio que se compone de diálogos, cantos y danzas, con que se teje la historia de los pastores que van camino al portal de Belén y tienen que luchar contra las tentaciones y los poderes del demonio, hasta lograr, después de mil trabajos, llegar al sitio donde ha nacido el sol de justicia y desde donde todas las cosas reciben su lucimiento.

(Con información de don Cruz Manuel Jacobo Doñate y doña Margarita Cortés Jacobo)

1 comentario:

  1. Exelente Articulo hugo... Felicidades. me dio mucho gusto saber que mi Padre (indalecio Uribe Bobalilla), my bisabuelo(Jesus Bobadilla) y tatarabuelo (Pedro Bobadilla) contribuyeron a este legado que ahora se trata de rescatar.

    Saludos.

    Rciardo Uribe

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