Foto: José Antonio Huerta Gutiérrez |
Peregrinar
de la Pastorela de la Anunciación del Arcángel San Gabriel
del
Teul de González Ortega
Hugo Ávila Gómez
La
Labor
Vigías
del Patrimonio Cultural del Teul
Comité
Pueblo Mágico
Vamos
queridos pastores
a
ver al divino verbo
acompañados
de cisnes
de
cenzontles y jilgueros
acompañados
de cisnes
de
cenzontles y jilgueros.
Las
piedras parecen soles
y
los árboles luceros
porque
del sol de justicia
reciben
su lucimiento
Teul de González Ortega; 25 de diciembre de 2012.- En tiempos anteriores, sin televisión, sin aparatos de
radio, ni teléfonos celulares, ni vehículos, las pastorelas
eran la fiesta más importante de cada rancho y de cada comunidad rural. En la Barranca
del Lobo y en la Rusias (municipio del Teul) por ejemplo, nueve días duraba la
velación, antes de la fiesta de la Santa Cruz, para el 3 de mayo. Quien
organizaba la festividad, en su casa recibía a los actores de la pastorela y al
resto de la comunidad que iba a ver los ensayos. También se rezaba y se
cantaba. El mero día 3 de mayo era la fiesta principal. Los actores se vestían
con su mejor ropa de actuación y se ataviaban con esmero y buen gusto sencillo.
Alrededor del patio se instalaban puestos de cacahuates, habas tostadas,
semillas de calabaza, ponteduro, pinole, atole gordo, dulces de leche, dulces
de chilacayote y dulces de calabaza. Así como también había puestos de mole y
de arroz. La gente acudía hasta apretujarse en aquel patio amplio, regado y
aplanado.
El
templete era arreglado especialmente para la ocasión con tablones de madera,
vigas y horcones. Todo de madera para darle sonoridad al golpeteo rítmico de la
danza de aquellos hombres calzados con huaraches nuevos. Madera barata sobraba
en aquellas épocas que se creía que los bosques eran infinitos.
El
vestuario que hoy vemos, blanco, de manta, limpio y bien planchado; el tamaño
de los báculos y los coloridos adornos con que remata la cresta del bastón. Y,
sobre todo, el texto, los diálogos, los personajes y el guión. Todo lo que se
hace ahora es igual a la pastorela que se representaba en 1840, en El Platanito,
municipio de San Martín de Bolaños, Jalisco, antecedente remoto de lo que ahora
es la pastorela que se representa año con año en el Teul.
Esta
historia comienza casi a finales de la primera mitad del siglo XIX, cuando el
señor Pedro Bobadilla, habitante de El Platanito, se hizo de una imagen del
Santo Niño de Atocha y también compró el coloquio de la pastorela La
Anunciación del Arcángel San Gabriel a unos arrieros que iban rumbo a la playa
de Jalisco. Y ahí mismo empezó a organizar las representaciones de dichos
diálogos. Para esos años, don Pedro tenía entre sus hijos a uno llamado Jesús,
que siendo niño participó en esta pastorela.
Por
motivos que no sabemos, Jesús Bobadilla se vino a radicar al Teul y estableció
su vivienda en la Barranca del Lobo, por el rumbo de la Mesa Colorada. Con él
vino su familia, la imagen del Santo Niño de Atocha y la tradición de representar
la pastorela de La Anunciación del Arcángel San Gabriel. Este gusto y esta
devoción se fueron transmitiendo de padres a hijos y éstos a los nietos,
bisnietos y tataranietos.
Junto
con don Jesús Bobadilla (y después de él), la pastorela fue reproducida por sus
hijos, parientes, amigos y vecinos del rancho. La señora Domitila Bobadilla,
hija de Jesús, enseñó esta tradición a su hija Dolores Doñate Bobadilla, quien
a su vez se casó con el señor Atanasio Jacobo Covarrubias, quien con sus
hermanos Pablo y Nabor siguieron haciendo las representaciones de este
Coloquio, por los años siguientes al fin de la Guerra Cristera, 1931, 1932 y
los años posteriores.
En
esta pastorela de la década de 1930, que se hacía en el rancho la Barranca del
Lobo, participaron, entre otras, las siguientes personas: Pedro Marín y
Primitivo Marín, como capitanes. Nabor Jacobo Covarrubias y Manuel Marín, ermitaños
primero y segundo, respectivamente. Salvador Uribe era el Arcángel San Miguel y
la niña María Guadalupe Doñate Bobadilla, la hacía de Gila. Otros actores eran
Atanasio Jacobo Covarrubias y Pablo Jacobo Covarrubias.
Para
los años de 1950, don Miguel Serrano tenía una cruz de madera rústica que se
había encontrado en el cerro, y así, casi en estado natural y con un poco de
labranza, la había convertido en el símbolo de la adoración de los días 3 de
mayo. En la casa de don Miguel se organizaba la fiesta. 9 días de velación con
ensayos, oraciones y personas que asistían a ver aquellos preparativos de la
fiesta. El día 2 de mayo se daba el ensayo final y el 3 de mayo, día de la
Santa Cruz, era la representación formal con el vestuario de gala. Ese día
hasta dos representaciones de la pastorela se hacían. De modo que la fiesta
andaba terminando a las 2 ó 3 de la madrugada, ya que la pastorela dura cerca de
horas y media. Y a esa hora la gente volvía a sus casas entre aquellos caminos
pedregosos y ásperos. Eso era lo de menos. Lo primordial era participar de
aquella fiesta desbordada de colores, cantos, danzas, sabores, diálogos, que
era la pastorela en la Barranca del Lobo, las Rusias y la Mesa Colorada.
Los
actores de ese tiempo eran todavía Atanasio, Pablo y Nabor Jacobo Covarrubias,
Primitivo, Pedro y Manuel Marín; Indalecio Uribe Bobadilla, que la hacía de
Luzbel; Miguel González Hernández que representaba a Asmodeo; Maximiliano
Jacobo Godoy, que tenía el papel del Indio; Angel Jacobo Pinto la hacía del
Arcángel San Miguel y Gila era representada por Isabel Jacobo Pinto.
Para
el año 1969 todavía sobrevivía esta pastorela. Aunque poca, pero seguía
habiendo gente en la Barranca del Lobo y en las Rusias. Fue idea de don
Santiago Llamas y de don Encarnación Rivera invitarlos a presentarse al Teul en
ese año. El evento fue en el auditorio municipal que ese día tuvo un lleno, que
hasta la fecha muchas personas recuerdan con agrado. Fue tanto el éxito del
evento que don Santiago y don Encarnación decidieron organizar su propia
pastorela en el pueblo del Teul, en base al libreto, el teatro y la vestimenta
de la pastorela que acababa de presentarse.
En
esta pastorela que se hizo en el pueblo del Teul, participaban las siguientes
personas: José Llamas, Indalecio Uribe,
Julián Domínguez Bobadilla, Jesús Dávila Jiménez, Maximiliamo Jacobo Godoy,
José Jacobo Vela, Salvador Rosales, Salvador Jacobo; los hermanos Cruz Manuel,
Isaías y Heliodoro Jacobo Doñate; Salvador y Manuel Cárdenas Bobadilla; Jesús
Cervantes Espinoza, Jesús Marín Bobadilla, Domingo Romero Serrano, Jesús
Mercado Cortés, Gumaro Barajas Gaeta, María Cárdenas Bobadilla, Manuel García,
Ángel Espinoza.
Se
presentaron en toda la década de 1970 y también en la de 1980. Más o menos,
alrededor del año de 1994 se suspendieron las representaciones. Los actores se
fueron acabando. Se cansaban unos, otros se dedicaron sólo a sus ocupaciones
personales y otros tantos emigraron a otras tierras a buscarle a la vida.
En
el año 2010 nuevamente revive el espíritu de la pastorela tradicional. Cruz
Manuel Jacobo Doñate y su esposa Margarita Cortés Jacobo, acompañados de Olga
Carina Ambriz González, deciden reunir a un grupo de amigos y vecinos para
volver a presentar la pastorela de la Anunciación del Arcángel San Gabriel.
Cruz
Manuel y Margarita habían participado en la pastorela de la década de 1970. Ahí
se conocieron los dos y al poco tiempo se casaron. Ambos conocían el texto y se
acordaban de buena parte de las danzas y de los cantos. Doña Margarita, con
suma paciencia, fue descifrando los garabatos de la pastorela de la Barranca
del Lobo y pasó en limpio todo el coloquio a un cuaderno que aún conserva y es
el que les sirve de base para la preparación de los ensayos.
Pero
todo lo anterior no fue suficiente. Había pasos de las danzas y ritmos de los
cánticos que no recordaban. Tuvieron que acudir a la memoria y la ayuda de la
señora María Guadalupe Doñate Bobadilla, aquella persona que cuando era una
niña de cinco años empezó a tomar el papel de Gila en Las Rusias, y cuando se
casó fue a vivir a Tepechitlán, donde hasta la fecha vive.
Juntando
los recuerdos de los tres volvieron a dar vida a los diálogos, a los pasos de
las danzas y a los cantos de la pastorela. Este esfuerzo dio frutos por primera
vez en diciembre de 2010, cuando se presentaron la víspera de Navidad y a
principios del año siguiente. En diciembre de 2011 ya intervinieron como parte
del programa de la Feria del Mezcal. Y lo mismo ocurrió en este mes de
diciembre de 2012.
Cruz
Manuel Jacobo Doñate, debemos decirlo, es hijo de aquel señor Atanasio Jacobo
Covarrubias y de doña Dolores Doñate Bobadilla, bisnieta de Pedro Bobadilla, el
hombre que sabemos compró a unos arrieros la imagen del Santo Niño de Atocha y
el Coloquio de la Pastorela La Anunciación del Arcángel San Gabriel, y dio
inicio a la tradición de representar esta pastorela en la región. Por cierto,
ese Santo Niño de Atocha, por muchos años se veneró en la capilla que se le
construyó en el rancho del Tirador. Esa devoción terminó cuando El Tirador
quedó vacío y ahora la imagen se conserva en la casa de alguno de los
descendientes de aquellas familias.
El
lunes 24 de diciembre de 2012, a partir de las seis y media de la tarde,
tuvimos la oportunidad de ver nuevamente este Coloquio que se compone de
diálogos, cantos y danzas, con que se teje la historia de los pastores que van
camino al portal de Belén y tienen que luchar contra las tentaciones y los
poderes del demonio, hasta lograr, después de mil trabajos, llegar al sitio
donde ha nacido el sol de justicia y desde donde todas las cosas reciben su
lucimiento.
(Con información de
don Cruz Manuel Jacobo Doñate y doña Margarita Cortés Jacobo)
Exelente Articulo hugo... Felicidades. me dio mucho gusto saber que mi Padre (indalecio Uribe Bobalilla), my bisabuelo(Jesus Bobadilla) y tatarabuelo (Pedro Bobadilla) contribuyeron a este legado que ahora se trata de rescatar.
ResponderEliminarSaludos.
Rciardo Uribe