Se hizo esta pregunta: Si Jesús González Ortega el valor y el talento suficientes, ¿por qué no llegó a la Presidencia de la República? Si tuvo el mando supremo y la autoridad sobre el ejército triunfante en la Guerra contra los conservadores, ¿por qué no arrancó la Presidencia de la República a don Benito Juárez? Y llegó esta respuesta: Porque era, ante todo, un hombre de letras. González Ortega no tenía ambiciones políticas. Le fastidiaba la alta esfera de la política. Él decía de sí mismo que sólo sabía leer.
Lo anterior es parte del diálogo que se tuvo con motivo de la presentación del libro Zacatecas en la Organización y Restauración de la República Federal (Antología de Documentos de Archivos del Gral. González Ortega), de Raymundo González Castro, y la conferencia dictada por el doctor en historia Marco Antonio Flores Zavala, "González Ortega: Gobernador Constitucional de Zacatecas", la tarde del jueves 23 de junio, en los corredores de la Presidencia Municipal.
El doctor Marco Antonio Flores Zavala y el licenciado Raymundo González |
Una tarde emocionante. El espíritu de González Ortega se revivió con las ideas, las historias, el pensamiento, el legado de un hombre grande como este hijo de la tierra de los teules.
El doctor Flores Zavala explicó que González Ortega fue un hombre de libros. Su vida era la lectura, las fiestas de convivencia y diálogo con sus amigos, el gusto por el vino, la escritura y los viajes, "se engolosinaba conociendo el mundo". Estaba convencido de que "el género humano avanzará sólo por las reformas". Y la perfección del ser humano "está en el sagrado templo de la cultura".
Todo noviembre de 1858, el Teúl de González Ortega se convirtió en la capital del estado de Zacatecas, en virtud de un decreto del gobernador Jesús González Ortega, en donde se establecía que "a donde vaya el Gobernador, ahí será la capital del Estado". En esa época Zacatecas vivía una situación de incertidumbre, de inseguridad, de desolación. El gobernador renunció. El presidente del Congreso renunció. Sólo González se mantuvo firme y aceptó la responsabilidad de dirigir un estado en bancarrota, sin ejército y amenazado por el ejército conservador.
El doctor Flores Zavala comentó que González Ortega se llevó el gobierno del estado al Teúl, porque en Zacatecas no tenía fuerza política y por contrario, la región sur del estado era muy conocida por él. En el silencio del Teul, González Ortega dictó tres decretos que permitieron recomponer las finanzas, rearmar un ejército y recuperar el control de Zacatecas. Un año después, González Ortega empezaba su ascenso en el escenario nacional. Sin ser militar de carrera, "un militar de ocasión", dijo el licenciado Raymundo González, se hacía cargo del ejército liberal, ganaba batallas y para 1861 había ganado la batalla decisiva contra los conservadores, San Miguel de Calpulalpan.
Raymundo González, autor del libro que hoy se presentó, comentó que hay muchos prejuicios sobre González Ortega. Se le ha acusado de anticlerical, que robó a la Iglesia. Sin embargo, esto no es exacto. González Ortega era un creyente fervoroso. Era un católico convencido. Pero que estaba a favor de aplicar las reformas que sacaran al país del atraso, los fanatismos y las desigualdades.
Para cerrar el diálogo sobre González Ortega, el cronista del Teul, Ezequiel Ávila Curiel, concluyó que "los jóvenes necesitan modelos, y los modelos los tenemos aquí: Jesús González Ortega o Lauro G. Caloca. Sólo nos hace falta conocer más nuestras verdaderas raíces".
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