HUGO ÁVILA GÓMEZ
La Labor
En todo el mes noviembre de 1858 el Teúl fue capital del estado de Zacatecas. Nuevamente se repetirá este hecho histórico: el sábado 25 de junio de 2011, el Teúl volverá a ser sede de los tres poderes del estado: el poder ejecutivo (representado por el gobernador), el poder legislativo (los diputados locales) y el poder judicial (representado por los magistrados del Tribunal Superior de Justicia). ¿Por qué en aquella ocasión? ¿Por qué se repite la historia?
Para responder esas preguntas tenemos que hablar de Jesús González Ortega. Éste vino niño al Teúl. Su familia lo trajo de San Mateo, Valparaíso, quizás cuando él tenía dos años de edad. Aquí pasó su infancia y parte de su juventud. Estudió en el Seminario de Guadalajara, donde tuvo contacto con profesores y lecturas que abrieron su mente a la actividad intelectual. Aprendió francés, inglés, latín, griego.
Regresó al Teúl y fue juez y secretario en el Ayuntamiento. La lectura se volvió pasión. Leía vorazmente. Pedía catálogos de libros de México y España, y luego encargaba los libros de su agrado. Era un hombre que amaba la vida bohemia. Se reunía con sus amigos a comentar lecturas, a inventar poemas, a leer sus propios escritos, a beber mezcal y, sobre todo, a disfrutar de la amistad.
Recorrió toda la región sur de Zacatecas, norte de Jalisco y la región de Los Altos vendiendo libros, los mismos libros que él encargaba de los catálogos de editoriales nacionales y españolas. Así conoció gente y amigos en los espacios más anchos que su pueblo.
Escribe y envía sus poemas y ensayos a periódicos de Guadalajara, Zacatecas y Aguascalientes. Lo publican, pero también, en ocasiones, le dicen que sus escritos son malos, que deben corregirse. Y los corrige y se publican. González Ortega empieza a ser conocido en el mundo literario y político de esas ciudades. En opinión del historiador Marco Antonio Flores Zavala, en esa época el Teúl era la capital cultural de toda esta región. Fue el ambiente espiritual en que se forjó la personalidad de Jesús González Ortega.
En 1855 es nombrado jefe político del partido de Tlaltenango. Escribe en el periódico El Pobre Diablo y más tarde funda otro periódico, La Sombra de García, donde publica sus ideas literarias y políticas.
En mayo de 1857, contra la decisión del gobernador, que le complicó la vida a González Ortega, éste es electo diputado en el congreso local. Se traslada a Zacatecas y desde ahí aprovecha para "engolosinarse conociendo el mundo". Visita las ciudades y pueblos de la región. Había conocido el mundo plenamente a través de los libros y ahora lo recorre físicamente con la misma avidez.
Los conservadores se levantan en armas en todo el país, defendiendo los privilegios de la Iglesia y de la clase pudiente. Inicia la cruenta guerra de tres años, entre liberales y conservadores. Éstos comienzan con gran empuje: cuentan con dinero, armas y ejército. Benito Juárez, Presidente de México, se ve obligado a abandonar la capital de la República.
Mientras, el ejército conservador amenaza con tomar Zacatecas. El gobernador renuncia. El Presidente del Congreso también renuncia. Ambos abandonan el estado y se retiran a Monterrey. Zacatecas no tenía dinero, ni armas, ni ejército. O un ejército débil, la Guardia Nacional.
Sólo un hombre guarda la calma y permanece con entereza. Es Jesús González Ortega. Cuando nadie quería encabezar el gobierno de Zacatecas, es electo gobernador en octubre de 1858. Gobernador de la desgracia. Gobernador del caos. Pronuncia encendidos discursos para levantar la moral de soldados y del pueblo. "Yo los defenderé... Yo estoy resuelto a no permitir que sea pisoteada la soberanía del estado, ni burladas las esperanzas de Zacatecas".
Como gobernador dicta tres decretos para enfrentar la difícil situación: 1) Ley penal y procedimiento contra salteadores; 2) Decreto para gravar los capitales piadosos; 3) Decreto para castigar a empleados públicos que acepten empleo en el gobierno del conservador General Zuloaga. En este tercer decreto Jesús González Ortega resolvió que a donde vaya el Gobernador, ahí será la capital del Estado.
Como González Ortega no tenía fuerza política en Zacatecas decide trasladar su gobierno a una zona muy querida y de sobra conocida para él: el Teúl de González Ortega. Todo el mes de noviembre de 1858 González Ortega permaneció en el Teul, gobernando a Zacatecas. Tomando medidas para recuperar el estado de quebranto y debilidad en que había recibido el estado.
Aplicó al pie de la letra los tres decretos antes mencionados. El estado recuperó su situación financiera, formó un ejército, los dotó de armas y pensó una estrategia para combatir a los conservadores. El silencio del Teúl favoreció la reflexión, el discernimiento en un momento sumamente grave para la nación y para Zacatecas. Ese cobijo de tranquilidad, de madurez intelectual, de buenas decisiones, lo encontró en el Teul, durante el mes de noviembre de 1858.
El año de 1859 fue tiempo de cosechar toda aquella siembra de reflexión, decisiones y recuperación de fuerzas que halló en el San Juan Bautista del Teul, su querido pueblo.
1859 fue año de comienzo de triunfos. Al mismo tiempo que ejerce como gobernador de Zacatecas, Jesús González Ortega dirige la campaña militar más exitosa en todo el centro-occidente de México.
Estos son los antecedentes para que el 25 de junio del Teúl vuelva a ser capital del estado de Zacatecas. El Congreso del Estado, tomando en cuenta los méritos de González Ortega, valorando que en este año de 2011 se cumplen 130 años de la muerte del Tinterillo del Teul y, ante todo, para conmemorar que el Teúl fue, bajo el liderazgo de González Ortega, capital de Zacatecas por un mes, ha decidido trasladar los tres poderes del estado a la cabecera municipal del Teúl.
Es un hecho para recordar y para participar: el sábado 25 de junio de 2011 nuevamente el Teul será capital del estado de Zacatecas.
(Para elaborar este texto, me apoyé en las palabras del doctor Marco Antonio Flores Zavala, en la conferencia dictada el jueves 23 de junio de 2011, en los corredores de la Presidencia Municipal del Teul, así como la lectura del libro Jesús González Ortega, escrito también por Marco Antonio Flores Zavala)
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