Encuentro de danzas tradicionales

 HUGO ÁVILA GOMEZ

La Labor

Sábado, 18 de junio de 2011

Hoy estuvo imponente la Fiesta en Honor a San Juan Bautista. Se juntaron cuatro danzas para venerar al patrono del Teúl. Los Tastuanes de Apozol, la Danza Resurrección de Trancoso, la Danza de la Santa Cruz del Teúl y el estreno de la Danza San Juan Bautista del Teúl. La gente del Teúl se congregó para presenciar y acompañar la entrega de cerca de 60 danzantes que se reunieron para festejar a San Juan Bautista. Fiesta de color, alegría, danza con sentido religioso, danza profana de los Tastuanes. La gente que asistió estaba alegre, complacida, satisfecha de ser parte de la fiesta con motivo de su patrono y de los 475 años de la Fundación del Teúl mestizo.

A partir de las cinco y media de la tarde cada grupo danzó en el teatro del templo parroquial. Fue el marco para que debutara la danza local San Juan Bautista, compuesta de niñas, jovencitas y señoras del Teúl. Los Tastuanes causaron regocijo porque interpretan canciones de la música popular, con estilo desparpajado y con luchas corporales, hasta derribar a su oponente. La Danza Resurrección de Trancoso llamó la atención por su coordinación de movimientos, por la fuerza en la interpretación de los pasos y el entusiasmo mostrado. Cerró esta primera presentación la tradicional Danza de la Santa Cruz, con movimientos suaves, rozando el piso, acompañados por el violín del señor Cruz Manuel Jacobo. Es clásica su formación en cruz, marcada por los danzantes y sus sombreros, porque esa danza tiene cientos de años de lucir sus mejores galas en la fiesta del 3 de mayo, día de la Santa Cruz.

Casi a las 6 y media dio la inicio la peregrinación por las principales calles del pueblo. Quizás fue la primer peregrinación donde participan cuatro danzas. Aquello era un gusto. Música por todas partes. La banda de los tastuanes, las dos tamboras de los de Trancoso, el violín para la danza del Teúl y la Banda Manzanilla que acompañaba los cantos del Rosario.

Fue una peregrinación festiva. La alegría se mostraba en los rostros, en las manos, en los cuerpos de la gente. Por un momento se olvidó la inseguridad, la incertidumbre, el ambiente de violencia que nos ronda. La fiesta de San Juan Bautista despertó lo mejor de los teulenses, sus ganas de convivir, de festejar, de acercarse al misterio de la vida a través de la danza y los rezos.

En su homilía, el padre Felipe de Jesús habló sobre la confianza en Dios y la importancia de buscar primero el Reino de Dios, su justicia y su belleza, y lo demás llegará por añadidura.

Al término de la misa, nuevamente el festín de danzas. Era un gusto el atrio. La gente alrededor, viendo complacida y aplaudiendo el esfuerzo de los aficionados a alabar a Dios a través de danzas.

A las nueve y media de la noche sonó el último son del violín y se apagaron los pasos de adoración. Todos los corazones estaban agradecidos. El arte popular de la danza vistió de fiesta al Teúl. 18 de junio, día para recordar.